En el mundo hay cerca de 47 millones de personas que padecen demencia y cada año se registran 9,9 millones de nuevos casos, según los últimos datos de la OMS.
En España hay más de 600.000 personas diagnosticadas, aunque se estima que padezcan la enfermedad más de 800.000. Sólo en Castilla y León, casi 60.000, una cifra que supera ampliamente los 7.000 afectados si hablamos de la provincia de León.
El Alzheimer afecta a una de cada 10 personas de más de 65 años y a un tercio de los mayores de 85. Con la esperanza de vida en aumento, si no se encuentra una cura efectiva, en 2050 la cifra de casos se podría multiplicar por tres.
Según estudios realizados por Universidades españolas, el coste total en España asociado a esta enfermedad estaría en torno a los 32.372 millones de euros. Esta cifra incluye el gasto medio por familia y el gasto soportado por los organismos públicos.
Una situación dramática que requiere de una profunda reflexión
Tanto la presidenta de Alzheimer León, Regina Granja, como la gerente de la institución, Flor de Juan, consideran que en una conmemoración como la de hoy, Día Mundial del Alzheimer, es imprescindible mirar hacia atrás y analizar lo que ha ocurrido en los últimos meses.
“Todos hemos vivido una situación dramática, pero especialmente las personas que viven con demencia y sus cuidadores. La pandemia, el aislamiento, lo que ha ocurrido en las residencias, la incertidumbre, el miedo, la falta de contacto social… Esta enfermedad afecta en nuestro país a cerca de 800.000 personas y a sus cuidadores y esta pandemia nos ha puesto sobre la mesa una reflexión muy importante: cómo se ha tratado y cómo se está tratando en esta situación de emergencia a las personas mayores y a las personas con demencia, que en muchos casos no tienen capacidad para exigir ni exponer sus derechos”, recuerda la presidenta de Alzheimer León, Regina Granja.
A este respecto, Flor de Juan ha recordado que “su dignidad ha sido vulnerada, no hemos tenido en cuenta sus necesidades particulares y seguimos sin tenerlas en cuenta. Desde Alzheimer León queremos que se reflexione sobre cómo se está llevando esta situación. Tenemos a nuestros mayores aislados, sin contacto e interacción social en la última etapa de su vida. Especialmente a las personas con Alzheimer, que dependen de otra persona para seguir viviendo, este encierro les lleva a perder las capacidades más rápidamente. No sé si se están haciendo bien las cosas, no sabemos si es lo correcto y lo suficiente, pero lo que sentimos las familias y las organizaciones es que necesitamos más ayuda”.